lunes, octubre 01, 2007

Preservar para nuestros nietos

Por Alejandro Azaroff

En este último tiempo se viene hablando sobre el calentamiento global y los efectos que va a traer en el planeta. Científicos de varias partes del mundo vienen advirtiendo sobre el derretimiento de los hielos permanentes que cubren gran parte de la tierra.
Es una capa de hielo congelada que se extiende a lo largo y a lo ancho de una cuarta parte de nuestro planeta. Los científicos aseguran que su desaparición podría ser catastrófica, ya que modificaría ecosistemas, alteraría edificaciones y desestabilizaría edificios y autopistas, lo que más perjudicial sería, es que se liberen enormes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmosfera, todo esto podría provocar la desaparición de los hielos permanentes.
Esta preocupante situación comenzó a advertirse en Siberia, Rusia, donde se construyen muchas ciudades sobre éste cimiento natural.
Cada vez más investigaciones alertan sobre el derretimiento progresivo de los hielos permanentes como consecuencia del cambio climático, de acuerdo a los expertos, si se mantienen las actuales condiciones, la mitad del subsuelo helado del hemisferio norte, podría desaparecer para el 2050 y para el año 2100 solo existiría el 10 % de la superficie actual.
En el Río Lena, uno de los más largos del mundo, que atraviesa Siberia central y desemboca en el Océano Ártico, se pueden percibir de manera notable los efectos, cada año, es mayor la cantidad que se derrite de hielos permanentes, lo que provoca que el agua del deshielo acabe en el río aumentando su caudal y erosionando sus riveras, cosa que constituye un grave peligro para las poblaciones más cercanas.
Durante el invierno, el río congelado es utilizado para el transporte de mercancías por camión, al estar perdiendo su grosor podría estar en peligro, lo que afectaría a la economía de la región.
La desaparición de los hielos permanentes contribuye a intensificar el calentamiento global, debido a que en sus capas superiores, almacena grandes cantidades de carbono y metano, dos de los peores gases de efecto invernadero que serían liberados a la atmosfera.
Los hielos permanentes se formaron en la última Hera del hielo, hace 10 millones de años y parece que no se pueden salvar de su lenta e inevitable desaparición.
Es una cuestión que parece lejana en tiempo y espacio, pero si la humanidad, o sea todos los que vivimos en este mundo, no comenzamos a recapacitar y a tratar de preservar nuestro planeta, quizá los hijos de nuestros hijos tengan que padecer las consecuencias de lo que no supimos cuidar.

Fuente consultada – Canal TN – Todo Noticias