“El Casco Histórico, poca gente lo vive como una integridad del desarrollo cultural de un pueblo”
Por Lorena Suárez y Ailén García
Miguel Angel Osorio es un hombre de unos 63 años que vive en Carmen de Patagones desde siempre. Artesano, historiador, intelectual, amante de su pueblo, de su naturaleza plena; y, además, participó activamente de la Dirección de Patrimonio Histórico y Cultural, que se encarga, entre otras cosas, de la zona más antigua de Patagones denominada Casco Histórico.
Nos gustaría, para empezar, que nos cuente ¿Qué es esa Dirección y qué función cumple?
Existe la Dirección de Patrimonio Histórico, para proteger algo que tendría que haber sido protegido desde que se empezó a hablar de la famosa Patagonia, la famosa Emita Nozzi, del famoso Museo. El Museo, por ejemplo, fue declarado una vez por el Director Nacional de Museos, Julio Cesar Gancedo, como el único Museo corsario del país. Y esto tiene una particularidad extraña. Si el pueblo tenía esas características, si el Museo tenía esas características, si había un casco que proteger, si había elementos que cuidar muy frágiles y que podían ser destruidos, había que hacer una institución oficial, de algún tipo. Y así fue que se junto mucha gente, y de hecho lo hicieron alrededor del Museo. Pero después este siguió su rumbo como Museo, y lo que se vio, como sucede en estos casos, fueron problemas económicos, por lo cual lo que se comenzó a disputar fue si se vendían o no las casas antiguas y de importante valor histórico, dadas al Museo. Esto, finalmente, llevó a que se dejaran como dependencia oficial, y esas casa hoy en día dependen de La Dirección de Patrimonio Histórico.
¿Cómo se fue formando esta Dirección de Patrimonio Histórico y Cultural?
El Casco Histórico fue más nombrado que cuidado. Una vez el Doctor Rodolfo Casamiquela, dueño de la casa que se encuentra frente al Muelle, quiso hacer algo supragubernamental, algo que estuviera para siempre y que no pueda ser manipulado por los gobiernos oportunistas que intentan maniobrar el Casco Histórico. Entonces apareció la posibilidad de institucionalizar eso, y de a poquito se fue consiguiendo entonces que la Dirección de Patrimonio esté dada en ese contexto, y al final Patagones tuvo algo, con todos los defectos y burocracia que uno le pueda buscar, que es un lugar de referencia en donde uno puede quejarse, pedir permiso, en donde se controla; y antes no había nada de eso. Además hay una comisión de fomento que trabaja con las quejas y posibilidades de los vecinos y con la relación que tiene con el Municipio, de acuerdo no a un trabajo social, sino a un control que se hace a medida que los casos aparecen.
¿Cuál es la zona determinada como Casco Histórico, y por qué ese nombre?
Yo he visto y me han contado antigüos pobladores, lugares donde se encontraban claramente elementos de épocas anteriores, como por ejemplo en las cuevas: el calce de arco romano con ladrillo, en zonas cercanas. Esto quiere decir que las 2 ó 3 primeras cuadras del fuerte hasta el río, es decir desde la calle 7 de marzo hasta el río –a lo ancho- y de lo del Andalde hasta la calle Bernardino Rivadavia –a lo largo- está estipulado como Casco Histórico. Y se denomina Casco Histórico, porque en esa zona se encuentran la mayor cantidad de elementos históricos. Ojo, hay casas antigüas en otros sectores de la ciudad.
¿Podrías nombrarnos algunos de los trabajos que hizo este Patrimonio?
Se decidió hacer una arboleda que tenga las mismas características, porque el Casco Histórico tenía un defecto que tienen casi todas las ciudades: no se prevé en forma inteligente y precisa las especies a plantar en los lugares, ni las distancias. Se deja todo al azar, como los gobiernos pasan y la gente queda, por ejemplo, a un tipo que a lo mejor vive hace 30 años en una casa y puso los árboles que quiso, sin que nadie le diga ni cómo no dónde poner una planta que no haga daños internos/externos, no se le puede ir a reclamar nada. Con el tema de las farolas, que más allá de que a la gente que vive dentro del Casco Histórico le gustara o no, si la mayoría decidía que sí, se hacían. Bueno, se hicieron porque la mayoría quiso, y es decisión democrática.
¿Han tenido problemas? ¿De qué tipo?
Mirá, con respecto a esto se pierden elementos, y en el Casco Histórico tenemos 2 ó 3 problemas que están tan arraigados de usos y costumbres de la gente que por ahí no tiene algo grave, pero no se puede solucionar. Por ejemplo, el mantener una casa en el Casco Histórico, en un estado en el cual la casa quede viva, conlleva una toma de decisión política del cuidado del Patrimonio Histórico. Esto lleva a que no se hagan las cosas a tiempo, sino a contra-pedido, cuando en realidad tendría que haber un compromiso doble por el simple hecho de que en lo que es el Casco Histórico también vive gente. Entonces el problema aquí es la postergación. Yo creo que antes que cualquiera de estas cosas, se tendría que ir primero hacia la participación pública; pero aquí, como en muchos otros lugares, lo privado está por encima de lo público. Quiero decir que, más allá de la propiedad privada, estas casa, espacios o elementos, son de Patagones, y lo que se pretende es mantenerlas intactas, con la gente que vive dentro de estos lugares históricos, y sin desprestigiar a nadie. Otro de los problemas que se tuvo fue el de la pelea que había de un proyecto/idea. Aquí se discutía sobre si se volvía sobre el pasado –sobre como era esta zona en sus inicios- o si se trabajaba con las modificaciones que el tiempo y la sociedad hicieron sobre el Casco Histórico. Nos quedamos con la idea de dejar intacto lo que hoy tenemos, porque volver hacia atrás es un trabajo más que difícil. Aunque como decía Mafalda: “Lo urgente nunca te deja tiempo para lo importante”. Esto del Casco Histórico esta muy meneado, muy antigüo, y muy poca gente lo vive como una integridad del desarrollo cultural de un pueblo.
Nos gustaría que nos cuente alguna anécdota, o alguna experiencia que usted tuvo como integrante del Patrimonio Histórico.
Una de las cosas que más nos gusta recordar es el estudio de alto nivel, que se hizo para la conservación de los elementos históricos de algunas ciudades como esta, de una edad determinada, con características determinadas, que curiosamente no es muy conocida nacionalmente. El resultado que vimos fue que a la gente, diciéndolo simplemente, no le gusta hablar de la importancia histórica que tiene Patagones en profundidad, más que con algunos chismes; cuando en las escuelas tendría que ser obligatorio un estudio sobre estas cosas de Patagones, la historia sobre su pueblo, etc., sobre todo teniendo en cuenta la riqueza y la posibilidad de conocerlos. Por ejemplo, las cuevas maragatas. Las cuevas se deterioraron, y fueron mal interpretadas por muchos cuando decían que eran “Las cuevas de los indios”, cuando en realidad era al revés, los que vivían en cuevas eran los que venían a protegerse de los indios. Esto ayudó al estudio de que acá se podían proteger por el asunto de la “tosca mora”, que es el material llamado el rionegrense. Esta tosca, la cual se ve en otros lados también, tenía en forma muy fácil de trabajar y segura, ya que nadie podía atacarla ni quemarla. Y así quedaron como recuerdo en las cuevas maragatas que hoy podemos ver aquí en Patagones.
Para finalizar, ¿podría describirnos cómo es para usted Patagones?
Tiene que ver con esto de la matriz cultural de pueblo que según mi parecer trae tres fases muy comunes: mejor no pelearse, mejor es disimular, y mejor es charlar por detrás. Y esta es una de las características comunes de Patagones, nadie dice lo que pasa en verdad a tiempo, ave maría por encima. Acá también nos metemos en otro estigma argentino: “Si la ley es dura, no la puedo cumplir; y si la ley es blanda, ¿para qué la voy a cumplir?”; entonces las cosas se hacen como sale. Más allá de esos problemas, Patagones tiene un valor histórico enorme, y más allá de que no estén cuidando como es debido, estas cosas están hoy, aquí y siempre en la memoria de los que aquí nacimos, crecimos y estamos. Patagones conserva esa frescura de olor a río, la tranquilidad del color de la tierra que roza las aguas, el verde de la textura de los árboles. Este lugar, pese a sus defectos, es como muchos otros un lugar maravilloso, con historia, con paisaje, con aromas, con olores, con paz.
Existe la Dirección de Patrimonio Histórico, para proteger algo que tendría que haber sido protegido desde que se empezó a hablar de la famosa Patagonia, la famosa Emita Nozzi, del famoso Museo. El Museo, por ejemplo, fue declarado una vez por el Director Nacional de Museos, Julio Cesar Gancedo, como el único Museo corsario del país. Y esto tiene una particularidad extraña. Si el pueblo tenía esas características, si el Museo tenía esas características, si había un casco que proteger, si había elementos que cuidar muy frágiles y que podían ser destruidos, había que hacer una institución oficial, de algún tipo. Y así fue que se junto mucha gente, y de hecho lo hicieron alrededor del Museo. Pero después este siguió su rumbo como Museo, y lo que se vio, como sucede en estos casos, fueron problemas económicos, por lo cual lo que se comenzó a disputar fue si se vendían o no las casas antiguas y de importante valor histórico, dadas al Museo. Esto, finalmente, llevó a que se dejaran como dependencia oficial, y esas casa hoy en día dependen de La Dirección de Patrimonio Histórico.
¿Cómo se fue formando esta Dirección de Patrimonio Histórico y Cultural?
El Casco Histórico fue más nombrado que cuidado. Una vez el Doctor Rodolfo Casamiquela, dueño de la casa que se encuentra frente al Muelle, quiso hacer algo supragubernamental, algo que estuviera para siempre y que no pueda ser manipulado por los gobiernos oportunistas que intentan maniobrar el Casco Histórico. Entonces apareció la posibilidad de institucionalizar eso, y de a poquito se fue consiguiendo entonces que la Dirección de Patrimonio esté dada en ese contexto, y al final Patagones tuvo algo, con todos los defectos y burocracia que uno le pueda buscar, que es un lugar de referencia en donde uno puede quejarse, pedir permiso, en donde se controla; y antes no había nada de eso. Además hay una comisión de fomento que trabaja con las quejas y posibilidades de los vecinos y con la relación que tiene con el Municipio, de acuerdo no a un trabajo social, sino a un control que se hace a medida que los casos aparecen.
¿Cuál es la zona determinada como Casco Histórico, y por qué ese nombre?
Yo he visto y me han contado antigüos pobladores, lugares donde se encontraban claramente elementos de épocas anteriores, como por ejemplo en las cuevas: el calce de arco romano con ladrillo, en zonas cercanas. Esto quiere decir que las 2 ó 3 primeras cuadras del fuerte hasta el río, es decir desde la calle 7 de marzo hasta el río –a lo ancho- y de lo del Andalde hasta la calle Bernardino Rivadavia –a lo largo- está estipulado como Casco Histórico. Y se denomina Casco Histórico, porque en esa zona se encuentran la mayor cantidad de elementos históricos. Ojo, hay casas antigüas en otros sectores de la ciudad.
¿Podrías nombrarnos algunos de los trabajos que hizo este Patrimonio?
Se decidió hacer una arboleda que tenga las mismas características, porque el Casco Histórico tenía un defecto que tienen casi todas las ciudades: no se prevé en forma inteligente y precisa las especies a plantar en los lugares, ni las distancias. Se deja todo al azar, como los gobiernos pasan y la gente queda, por ejemplo, a un tipo que a lo mejor vive hace 30 años en una casa y puso los árboles que quiso, sin que nadie le diga ni cómo no dónde poner una planta que no haga daños internos/externos, no se le puede ir a reclamar nada. Con el tema de las farolas, que más allá de que a la gente que vive dentro del Casco Histórico le gustara o no, si la mayoría decidía que sí, se hacían. Bueno, se hicieron porque la mayoría quiso, y es decisión democrática.
¿Han tenido problemas? ¿De qué tipo?
Mirá, con respecto a esto se pierden elementos, y en el Casco Histórico tenemos 2 ó 3 problemas que están tan arraigados de usos y costumbres de la gente que por ahí no tiene algo grave, pero no se puede solucionar. Por ejemplo, el mantener una casa en el Casco Histórico, en un estado en el cual la casa quede viva, conlleva una toma de decisión política del cuidado del Patrimonio Histórico. Esto lleva a que no se hagan las cosas a tiempo, sino a contra-pedido, cuando en realidad tendría que haber un compromiso doble por el simple hecho de que en lo que es el Casco Histórico también vive gente. Entonces el problema aquí es la postergación. Yo creo que antes que cualquiera de estas cosas, se tendría que ir primero hacia la participación pública; pero aquí, como en muchos otros lugares, lo privado está por encima de lo público. Quiero decir que, más allá de la propiedad privada, estas casa, espacios o elementos, son de Patagones, y lo que se pretende es mantenerlas intactas, con la gente que vive dentro de estos lugares históricos, y sin desprestigiar a nadie. Otro de los problemas que se tuvo fue el de la pelea que había de un proyecto/idea. Aquí se discutía sobre si se volvía sobre el pasado –sobre como era esta zona en sus inicios- o si se trabajaba con las modificaciones que el tiempo y la sociedad hicieron sobre el Casco Histórico. Nos quedamos con la idea de dejar intacto lo que hoy tenemos, porque volver hacia atrás es un trabajo más que difícil. Aunque como decía Mafalda: “Lo urgente nunca te deja tiempo para lo importante”. Esto del Casco Histórico esta muy meneado, muy antigüo, y muy poca gente lo vive como una integridad del desarrollo cultural de un pueblo.
Nos gustaría que nos cuente alguna anécdota, o alguna experiencia que usted tuvo como integrante del Patrimonio Histórico.
Una de las cosas que más nos gusta recordar es el estudio de alto nivel, que se hizo para la conservación de los elementos históricos de algunas ciudades como esta, de una edad determinada, con características determinadas, que curiosamente no es muy conocida nacionalmente. El resultado que vimos fue que a la gente, diciéndolo simplemente, no le gusta hablar de la importancia histórica que tiene Patagones en profundidad, más que con algunos chismes; cuando en las escuelas tendría que ser obligatorio un estudio sobre estas cosas de Patagones, la historia sobre su pueblo, etc., sobre todo teniendo en cuenta la riqueza y la posibilidad de conocerlos. Por ejemplo, las cuevas maragatas. Las cuevas se deterioraron, y fueron mal interpretadas por muchos cuando decían que eran “Las cuevas de los indios”, cuando en realidad era al revés, los que vivían en cuevas eran los que venían a protegerse de los indios. Esto ayudó al estudio de que acá se podían proteger por el asunto de la “tosca mora”, que es el material llamado el rionegrense. Esta tosca, la cual se ve en otros lados también, tenía en forma muy fácil de trabajar y segura, ya que nadie podía atacarla ni quemarla. Y así quedaron como recuerdo en las cuevas maragatas que hoy podemos ver aquí en Patagones.
Para finalizar, ¿podría describirnos cómo es para usted Patagones?
Tiene que ver con esto de la matriz cultural de pueblo que según mi parecer trae tres fases muy comunes: mejor no pelearse, mejor es disimular, y mejor es charlar por detrás. Y esta es una de las características comunes de Patagones, nadie dice lo que pasa en verdad a tiempo, ave maría por encima. Acá también nos metemos en otro estigma argentino: “Si la ley es dura, no la puedo cumplir; y si la ley es blanda, ¿para qué la voy a cumplir?”; entonces las cosas se hacen como sale. Más allá de esos problemas, Patagones tiene un valor histórico enorme, y más allá de que no estén cuidando como es debido, estas cosas están hoy, aquí y siempre en la memoria de los que aquí nacimos, crecimos y estamos. Patagones conserva esa frescura de olor a río, la tranquilidad del color de la tierra que roza las aguas, el verde de la textura de los árboles. Este lugar, pese a sus defectos, es como muchos otros un lugar maravilloso, con historia, con paisaje, con aromas, con olores, con paz.
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