Fiesta Provincial del 7 de Marzo, una marca de la tradición
Por José Alejandro Azaroff
En el año 1827 ocurrió un hecho muy importante en la historia de Carmen de Patagones, que luego será recordado eternamente con el desarrollo anual de la “Fiesta Provincial del 7 de Marzo”. En este importante acontecimiento se enmarca un homenaje a los criollos que se enfrentaron contra los invasores brasileros que quisieron penetrar lo que hoy es la comarca Patagones - Viedma.
En este festival se jerarquizan las expresiones locales y regionales, también se expresa la tradición nacional a través de la gastronomía criolla y un singular paseo de artesanos con expositores de toda la Argentina y representantes de Latinoamérica. En la culminación de la fiesta se realiza el tradicional paseo criollo, en el cual participan delegaciones provenientes de distintos lugares del país y al cierre de cada edición, una gran jineteada.
Todos estos elementos están fuertemente ligados a la defensa de la soberanía y a los latidos del folklore nacional. La fiesta es un pedazo de patria que se muestra con orgullo en cada celebración. En cada acontecimiento asisten visitantes y lugareños que perciben un lugar de encuentro, de paseo y por sobre todo de rememoración a los sueños de libertad y soberanía que los héroes del combate supieron conseguir.
La fiesta se caracteriza por la sencillez de la gente y la armonía del lugar, y por ser cultural y campera. Se adapta a la cultura de un pueblo que se muestra orgulloso de su historia que aun perdura en el presente. Así los habitantes de Carmen de Patagones se transforman en anfitriones e invitan a conocer la región y su gente.
La celebración se desarrolla en la plaza Basilio Villarino, que esta estratégicamente ubicada en el centro geográfico de la ciudad y posee una abundante arboleda que permite disfrutar de la sombra en el día y el reparo en la noche. Con la llegada de la fecha patria la plaza sufre una transformación mágica, se adapta para la instalación de puestos de venta de productos típicos de la región y escenarios musicales en los cuales actúan artistas locales, regionales y nacionales, máximos exponentes de la música folklórica, quienes con su canto coronan cada noche festiva.
El volumen de gente que asiste a las diez noches que dura el espectáculo estimula a un futuro crecimiento del mismo ya que cada año se supera el porcentaje de visitantes con relación a años anteriores. La fiesta es de alcance local-regional y vale la pena destacar que fue declarada de interés Turístico Municipal y es considerada como la más importante de la región Patagónica al ubicarse entre las cinco mejores del país.
En este festival se jerarquizan las expresiones locales y regionales, también se expresa la tradición nacional a través de la gastronomía criolla y un singular paseo de artesanos con expositores de toda la Argentina y representantes de Latinoamérica. En la culminación de la fiesta se realiza el tradicional paseo criollo, en el cual participan delegaciones provenientes de distintos lugares del país y al cierre de cada edición, una gran jineteada.
Todos estos elementos están fuertemente ligados a la defensa de la soberanía y a los latidos del folklore nacional. La fiesta es un pedazo de patria que se muestra con orgullo en cada celebración. En cada acontecimiento asisten visitantes y lugareños que perciben un lugar de encuentro, de paseo y por sobre todo de rememoración a los sueños de libertad y soberanía que los héroes del combate supieron conseguir.
La fiesta se caracteriza por la sencillez de la gente y la armonía del lugar, y por ser cultural y campera. Se adapta a la cultura de un pueblo que se muestra orgulloso de su historia que aun perdura en el presente. Así los habitantes de Carmen de Patagones se transforman en anfitriones e invitan a conocer la región y su gente.
La celebración se desarrolla en la plaza Basilio Villarino, que esta estratégicamente ubicada en el centro geográfico de la ciudad y posee una abundante arboleda que permite disfrutar de la sombra en el día y el reparo en la noche. Con la llegada de la fecha patria la plaza sufre una transformación mágica, se adapta para la instalación de puestos de venta de productos típicos de la región y escenarios musicales en los cuales actúan artistas locales, regionales y nacionales, máximos exponentes de la música folklórica, quienes con su canto coronan cada noche festiva.
El volumen de gente que asiste a las diez noches que dura el espectáculo estimula a un futuro crecimiento del mismo ya que cada año se supera el porcentaje de visitantes con relación a años anteriores. La fiesta es de alcance local-regional y vale la pena destacar que fue declarada de interés Turístico Municipal y es considerada como la más importante de la región Patagónica al ubicarse entre las cinco mejores del país.
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